Cómo liberar todo el potencial de rendimiento vitalicio en los rebaños lecheros

Para alimentar a la población mundial en 2050, tenemos que revolucionar hoy la producción láctea. Los consumidores están cada vez mejor informados sobre lo que comen, cómo se producen sus alimentos y el impacto en el medio ambiente. La solución es transformadora, pero posible: aumentar la producción media de leche por día de vida, también conocida como rendimiento diario de por vida (LDY).

Una gestión exitosa del periodo de transición es crucial para liberar todo el potencial del rendimiento diario de por vida en los rebaños lecheros. El programa Selko para una ganadería lechera sostenible traduce los últimos conocimientos científicos en ideas prácticas y consejos prácticos para apoyar la toma de decisiones en la granja, ayudando a las vacas a gestionar con mayor eficacia las tres adaptaciones fisiológicas fundamentales que se producen durante una transición: digestiva, metabólica e inmunitaria.

Vea cómo expertos del sector lácteo comparten sus puntos de vista sobre el impacto de aumentar el Rendimiento Diario Vitalicio y cómo conseguirlo.

Vea un resumen de los temas que varios expertos trataron durante su intervención en las presentaciones de Selko 2021.

El rendimiento diario de por vida (LDY) es la producción total de por vida de una vaca lechera, dividida por el número total de días de su vida. Aumentar el LDY mejorará la sostenibilidad y la rentabilidad de la ganadería lechera.

Las vacas lecheras suelen alcanzar su máxima producción en la cuarta o quinta lactación. En los sistemas lecheros modernos, muchas vacas no duran tanto tiempo; por término medio, se sacrifican después de unas 3 lactancias.

¿Cuál es el número óptimo de lactancias para una vaca lechera y cómo deben tomar los ganaderos las decisiones correctas de sacrificio?

La inflamación sistémica requiere una importante adaptación metabólica que, en última instancia, puede afectar a la productividad, la reproducción y la salud. Datos recientes sugieren que la inflamación podría estar detrás de enfermedades de transición como la fiebre de la leche y la cetosis. Alrededor del parto, la inflamación puede provenir de múltiples fuentes, como el útero y la glándula mamaria, pero también de un "intestino permeable".

Las dietas de transición para vacas lecheras que contienen altos niveles de almidón pueden tener un impacto negativo en la salud gastrointestinal. A pesar de que se ha prestado mucha atención al rumen, la acidosis del intestino posterior en las vacas lecheras puede dar lugar a un intestino permeable y contribuir a la inflamación. Por lo tanto, el apoyo a la salud del intestino posterior representa una oportunidad para mejorar el rendimiento y prevenir enfermedades. Pueden aplicarse varias medidas de gestión destinadas a reducir el almidón de derivación. Además, las soluciones nutricionales para el by-pass ruminal están particularmente bien posicionadas para impactar positivamente en la salud del intestino posterior.

Las vacas necesitan un lugar para descansar, un lugar para comer y una línea de parto libre de estrés para afrontar con éxito la transición a la lactancia y evitar el sacrificio involuntario. Además, hay que alimentar a las vacas con una dieta de vaca seca durante la última semana de lactancia, utilizar una caja de mimos para el ternero para reducir el estrés y asegurarse de que la vaca empieza a comer inmediatamente después de que nazca su ternero y llevar a cabo controles sanitarios diarios durante los primeros 10 días de lactancia.