Para cada mineral traza existe una cantidad óptima

Considerar tanto el nivel de minerales traza individuales que como sus fuentes son esenciales para lograr este objetivo. Suministrar demasiada o muy poca cantidad de un mineral traza puede tener un impacto negativo en el bienestar y la productividad de las vacas (ver figura 1). Dado que los minerales traza inorgánicos son relativamente baratos, es relativamente común la sobrealimentación en lo que respecta a las vacas lecheras, lo que puede conducir a problemas de salud y longevidad a más largo plazo.

Veinte años de investigación independiente en universidades han demostrado que las fuentes mejoradas de minerales traza como proteinatos, quelatos, y ahora los minerales traza hidroxilados puede tener un impacto positivo en el logro de un nivel optimizado de la productividad y salud de las vacas, al tiempo que minimiza cualquier impacto negativo en el medio ambiente (ver figura 2).

La fuente de minerales traza que se utiliza para cumplir con los requerimientos de metales traza de la vaca puede tener un gran impacto en la biodisponibilidad, pero también en el riesgo de efectos no deseados. Las formas hidroxiladas de los minerales traza son insolubles a un pH de 4 o inferior. El pH del rumen debe estar entre 6 y 6,5, por lo que los cristales de minerales traza hidroxilados son esencialmente insolubles dentro del rumen, manteniendo así una función ruminal óptima. En el abomaso, donde el pH está entre 2 y 3, los cristales se disocian capa a capa, lo que da como resultado una liberación gradual y sostenida de iones metálicos traza en el duodeno. Como resultado, la biodisponibilidad de los minerales traza hidroxilados es alta, pero las concentraciones máximas en la digestión siempre se mantienen bajas.

Por el contrario, las sales de sulfato son muy solubles a pH neutro, lo que da lugar a elevados picos de concentración de iones metálicos libres en el rumen. Esto tiene una serie de efectos negativos:

• Los altos niveles de iones libres tienen un efecto antimicrobiano en el rumen, lo que puede provocar una mala digestión de la fibra102.
• Los iones metálicos libres son capaces de unirse a los antagonistas para formar complejos insolubles, lo que se traduce en una pérdida de valor nutricional y una escasa biodisponibilidad

Alimentando con la fuente y el nivel correctos de minerales traza, se puede evitar el impacto negativo sobre:

• La estabilidad de los nutrientes esenciales contenidos en el pienso
• La función del rumen, la fisiología de la vaca, la reproducción y la longevidad debido a:
  • El mantenimiento de un nivel optimizado de digestibilidad de la fibra en el rumen es esencial para lograr un mayor consumo de materia seca, la máxima eficiencia del forraje y la salud del rumen.
  • Una mejor utilización de los ingredientes esenciales de la ración por parte de la vaca. Obtenga más de sus raciones, minimizando la vinculación de nutrientes esenciales con iones metálicos libres altamente reactivos que están robando valor nutritivo a sus raciones.
• Cumplimiento medioambiental

Un primer paso es determinar siempre el nivel correcto de oligoelementos que se necesita por encima de los niveles de oligoelementos presentes en los ingredientes de la ración basal para satisfacer las necesidades totales de la vaca. Posteriormente, se puede seleccionar el nivel y la fuente correctos de oligoelementos. Esto garantizará que el ganado lechero esté recibiendo un nivel constante de metales traza esenciales necesarios para mantener un bienestar y una productividad óptimos. Al considerar qué fuente de oligoelementos debe seleccionarse hay cinco objetivos.

Las formas reactivas de minerales traza como los sulfatos pueden tener un impacto negativo significativo en la estabilidad y biodisponibilidad de otros nutrientes esenciales (vitaminas, grasas, probióticos, prebióticos, aminoácidos) contenidos en el suplemento. Los minerales traza en forma de sulfato se conocen comúnmente como prooxidantes, lo que simplemente significa que reaccionarán con otras moléculas inestables presentes en el alimento. El cobre o el zinc pueden acelerar rápidamente la oxidación de las fuentes de grasa no protegidas en el alimento, lo que afecta negativamente el valor de la grasa y de varias vitaminas liposolubles. Si el alimento se granula, la humedad presente en el proceso de granulación puede ionizar los metales contenidos en sulfatos, lo que les permite funcionar como agentes antimicrobianos atentando contra los costosos probióticos que se pueden haber agregado al alimento como estrategia nutricional. Las fuentes de minerales traza hidroxilados no tienen ninguno de estos efectos negativos sobre la disponibilidad de nutrientes esenciales presentes en el alimento.

Los fuentes de sulfato son altamente solubles en el rumen, lo que da como resultado altos niveles de metales reactivos que afectan negativamente la función de este. Si bien estas características pueden resultar valiosas cuando se usa sulfato de cobre o sulfato de zinc en un lavado de pezuñas, se vuelven rápidamente problemáticas cuando se utilizan para suministrar elementos trazas al animal lechero. Las fuentes reactivas de minerales traza tienen un impacto negativo en la microflora del rumen, reduciendo significativamente la digestibilidad de la FDN en él. Un estudio independiente105 mostró que la completa sustitución de los minerales traza de sulfato por minerales traza de hidroxilados eliminó esta respuesta negativa, lo que dio como resultado una mejora promedio de 3 puntos en la digestibilidad del FDN. Un resumen cuantitativo reciente102 que evaluó 11 comparaciones independientes encontró que la alimentación con sulfato de cobre y zinc tuvo un impacto negativo estadísticamente significativo en la digestibilidad del FDN en el ganado lechero en producción, lo que resultó en una disminución de 1,7 puntos de su digestibilidad. Investigaciones universitarias han demostrado que cada punto de diferencia en la digestibilidad del fibra detergente neutra (FDNd) puede representar de 0,25 a 0,3 kg de producción diaria de leche103.

Trabajos más recientes106 muestran que la mayor biodisponibilidad de zinc resultante de la alimentación con la forma hidroxilada tiene un efecto positivo en el sistema inmunitario y la integridad del tejido de la pared intestinal. Esto mejora la función de barrera intestinal, reduciendo el riesgo de "intestino permeable" e inflamación sistémica en vacas lecheras durante períodos de estrés.

Los minerales traza altamente solubles, como los sulfatos, pueden reducir significativamente la cantidad de metales traza y otros nutrientes esenciales que se encuentran disponibles para la absorción en el tracto intestinal. Cuando los minerales traza de sulfato encuentran humedad, se descomponen rápidamente y liberan sus iones metálicos dentro del rumen. Esto permite que el ion forme un complejo no disponible con muchos nutrientes esenciales como fitatos, otros minerales traza y macrominerales, oxalatos, aminoácidos, formando nuevos complejos que ya no tienen ningún valor para el ganado lechero. Los minerales traza hidroxilados evitan esencialmente estos efectos negativos en el rumen. Esto hace que lleguen al tracto intestinal más oligoelementos biológicamente disponibles para su absorción, sin afectar a la disponibilidad de otros nutrientes esenciales de la ración.

Cualquier microelemento que se ha ofrecido en el alimentado y que no sea absorbido por el animal terminarán en el medio ambiente. Esto no se limita a los minerales traza de la dieta per se, sino también a los complejos de nutrientes y aditivos esenciales que se forman al vincularse con el ion de elementos traza solubles, como el fósforo, los fitatos, los aglutinantes de micotoxinas, etc. Las fuentes de minerales traza hidroxilados pueden reducir significativamente la cantidad de complejos metálicos que se forman y expulsan al medio ambiente debido a su mejor absorción en conjunto con otros nutrientes esenciales de la ración,