A su llegada al cebadero, los terneros de carne se enfrentan a varios retos importantes que pueden afectar a su salud y productividad. La gestión adecuada de estos retos es crucial para garantizar un crecimiento óptimo y maximizar la rentabilidad. En este artículo se analizan los principales retos a los que se enfrentan las explotaciones de engorde al recibir el ganado y se destaca el papel de los aditivos alimentarios innovadores, como los hidroxiominerales y los prebióticos, en la gestión de estos problemas.

Uno de los primeros retos es el estrés debido al transporte, la manipulación, la mezcla de animales de distinto origen y la adaptación a un nuevo entorno. El estrés puede debilitar el sistema inmunitario y hacer al ganado más susceptible a las enfermedades. Además, puede provocar una disminución de la ingesta de pienso y un escaso aumento de peso. Para mitigar estos efectos, los operarios de los cebaderos deben aplicar estrategias que minimicen el estrés por manipulación, proporcionen un descanso adecuado y garanticen una transición suave al entorno del cebadero.

El ganado recién llegado corre un alto riesgo de contraer enfermedades respiratorias y otras infecciones. Las medidas de bioseguridad eficaces, incluidos los protocolos de cuarentena y las vacunaciones, son esenciales para prevenir la propagación de enfermedades. La vigilancia sanitaria periódica y la intervención precoz pueden ayudar a gestionar los brotes y reducir las tasas de mortalidad.

El ganado procedente de explotaciones ganaderas suele destetarse poco antes de ser transportado al cebadero. La transición del ganado vacuno de una dieta basada en el forraje a una dieta altamente energética en el cebadero puede causar trastornos digestivos, como acidosis y distensión abdominal. Estos trastornos pueden afectar gravemente al crecimiento y a la salud en general. La introducción gradual de la nueva dieta y el uso de aditivos alimentarios que promuevan la salud intestinal pueden ayudar a mitigar estos riesgos.

Los aditivos para piensos desempeñan un papel crucial a la hora de afrontar los retos nutricionales y sanitarios del ganado vacuno de recepción, en particular los hidroxiominerales y los prebióticos, que ofrecen importantes beneficios para la salud y el rendimiento del ganado de cebo.

Los oligoelementos hidroxilados, como el zinc, el cobre y el manganeso, son esenciales para diversas funciones fisiológicas. Se ha demostrado que mejoran la función inmunitaria, potencian la función ruminal y favorecen el crecimiento general. A diferencia de los minerales traza inorgánicos sulfatados, los minerales traza hidroxilados son más estables y menos reactivos en el tracto digestivo, lo que conduce a una mejor absorción y utilización. Esto puede redundar en una mejora de la salud y el rendimiento, ayudando al ganado a soportar mejor las tensiones del transporte y los cambios de dieta.

Los ensayos ^{1,2,3,4,5,6,7,8,9,10,11,12,13,14} han demostrado que la alimentación con Selko IntelliBond mejora la digestibilidad de la fibra (véase la Figura 1), lo que se traduce en un aumento de la eficiencia alimentaria, de la ganancia media diaria y del peso en canal caliente (véase la Figura 2).

Los prebióticos son componentes no digeribles de los piensos que benefician al huésped estimulando el crecimiento y la actividad de bacterias beneficiosas en el intestino posterior. Una mejor salud del intestino posterior conlleva una mejor absorción de nutrientes, una mayor función inmunitaria y una menor incidencia de trastornos digestivos. Mediante la incorporación de prebióticos en la dieta, los operadores de cebaderos pueden apoyar la salud intestinal del ganado, asegurando que mantengan una función digestiva óptima durante el período crítico de transición. La alimentación con Selko LactiBute, que contiene gluconato de calcio protegido en el rumen, aumenta el nivel de ácidos grasos volátiles en el intestino posterior (ver Tabla 1), lo que resulta en un cambio hacia bacterias beneficiosas para la salud del intestino posterior15. Varios ensayos han demostrado que la alimentación con Selko LactiBute mejora la salud del ganado de cebo y aumenta la eficiencia alimentaria y la ganancia media diaria16,17.

Para gestionar eficazmente estos retos, los operadores de cebaderos deben considerar las siguientes estrategias:

• Transición gradual de la dieta: Introducir nuevas dietas gradualmente para permitir que la microbiota ruminal se adapte. Así se reduce el riesgo de trastornos digestivos y se mejora el consumo de alimento.

• Bioseguridad y gestión sanitaria: Aplique estrictas medidas de bioseguridad y programas de vacunación para prevenir brotes de enfermedades. El control sanitario periódico y el tratamiento rápido de los animales enfermos son cruciales.

• Uso de aditivos para piensos: Incorporar oligoelementos hidroxilados y prebióticos al régimen de alimentación. Estos aditivos pueden mejorar significativamente la función inmunitaria, la salud intestinal y el rendimiento general del crecimiento.

• Reducción del estrés: Reducir al mínimo el estrés de la manipulación y el transporte mediante técnicas suaves de manipulación y proporcionando un descanso adecuado y tiempo de recuperación a la llegada.

Las explotaciones de engorde se enfrentan a una serie de retos cuando reciben ganado, desde la gestión del estrés y las enfermedades hasta garantizar una nutrición adecuada. Mediante la adopción de prácticas de gestión integrales y la utilización de aditivos alimentarios avanzados, como los hidroxioligoelementos y los prebióticos, los operadores pueden mejorar significativamente la salud y el rendimiento de su ganado. Esto no sólo mejora el bienestar de los animales, sino que también contribuye a la eficacia y la rentabilidad generales de la explotación del cebadero.