Una parte importante de la cabaña mundial de ganado vacuno vive de los pastos. Casi todos los continentes sufren inundaciones generalizadas con regularidad. Las lluvias torrenciales y las inundaciones excesivas se producen en Europa Occidental, China y partes de Estados Unidos. Estas malas condiciones meteorológicas suponen un enorme reto para los ganaderos, sobre todo si su ganado vive de los pastos. Un informe reciente publicado en la revista Science Advances[1] sugiere que la mayoría de las comunidades pueden esperar que cada grado de aumento de la temperatura traiga consigo condiciones de humedad aún más extremas en el futuro.